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No, Neuralink no va a poder hacer un «backup» de los recuerdos de tu cerebro

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Cualquier persona que haya seguido de cerca el trabajo de Elon Musk sabrá que además de los coches autónomos de Tesla o su carrera por conquistar el espacio con SpaceX, le apasiona la posibilidad de «mejorar» el cerebro humano utilizando tecnología. En este sentido, «Neuralink» una empresa fundada hace ya cinco años con el objetivo de diseñar conexiones entre el cerebro y dispositivos tecnológicos, es uno de sus proyectos más personales y ambiciosos.

Hasta el momento, la compañía ha presentado Link 0.9, un dispositivo «quirúrgico» que, de manera automática, es capaz de conectar hasta 1.024 hilos al cerebro: un chip encapsulado de 23 mm x 8 mm que se conecta a un pequeño orificio perforado en el cráneo del paciente y que se encarga de recopilar las señales que recogen los electrodos. Hace poco menos de un año, la compañía compartió además un vídeo que mostraba cómo Pager, un mono al que se le había insertado este dispositivo, era capaz de controlar mentalmente un juego.

Ahora sin embargo, la compañía ha vuelto a ser noticia por unas declaraciones que recuerdan a un episodio de Black Mirror (la famosa serie británica de ciencia ficción creada por Charlie Brooker) . En una respuesta a un usuario de Twitter, Musk aseguró hace unos meses que en un futuro gracias a su tecnología «se podrán guardar y reproducir los recuerdos. Todo lo que está codificado en la memoria, podrías descargarlo para verlo. Básicamente podrías almacenar tus recuerdos como una copia de seguridad y si quisieras, restaurar esos recuerdos. En última instancia, podrías descargarlos en un nuevo cuerpo o en un robot. El futuro va a ser extraño».

Esta idea, con la que ha jugado la humanidad durante mucho tiempo (como por ejemplo el poder grabar los sueños) se enfrenta sin embargo a una gran barrera, que va mucho más allá de la ética: las posibilidades científicas y tecnológicas que actualmente e incluso en el futuro, tendremos para ello. Y es que como no han tardado en replicar algunos expertos, la utopía que promete Musk con Neuralink no tiene ni pies ni cabeza.

Elon Musk no entiende la complejidad del cerebro

Lo cierto es que las extravagantes declaraciones de Musk han sorprendido en una comunidad científica que se ha puesto de acuerdo a la hora de señalar que lo que demuestran es que Musk no parece saber demasiado bien cómo funciona el cerebro. Tim Verstynen, profesor asociado de neurociencia cognitiva en la Universidad de Carnegie Mellon explicaba en este hilo de Twitter, la magnitud del desafío al que se tendría que enfrentar Neuralink.

En este sentido, el científico señala que en el cerebro humano hay aproximadamente 1015 sinapsis (conexiones neuronales). «Si expresáramos cada sinapsis como un bit (pese a que no son bits), entonces eso supondría un mínimo de 1015 bits de información en un cerebro humano medio» afirma. Pero el problema no está aquí.

Para modelar un cerebro se necesitaría que la ubicación de cada sinapsis requiriera una cantidad similar de información, lo que situaría la cantidad de datos en el cerebro en unos 2015 bits, aproximadamente un petabyte de datos por cada «momento de información». Y eso como mínimo. Porque como detalla a continuación, este sistema no tendría en cuenta que hay un «sistema molecular increíblemente complejo dentro de una neurona, y no tiene en cuenta la glía, otra clase de células del sistema neuronal que se sabe que procesan información. Finalmente, tampoco tiene en cuenta que el cerebro es dinámico y que los recuerdos contienen varios momentos en el tiempo».

Incluso eliminando esa complejidad adicional y teniendo en cuenta únicamente las sinapsis, Verstynen calcula que estaríamos hablando de tener que procesar varios exabytes de información cada segundo, lo cual no es precisamente realista ni ahora ni a largo plazo.

El cerebro humano no es un ordenador

Aunque por supuesto en los últimos años se han producido increíbles avances en el mundo de la neurociencia y es verdad que en determinados supuestos el uso de nuevas tecnologías ha producido avances importantes como el poder recuperar de forma parcial la visión, ganar en movilidad, o facilitar que personas con parálisis puedan comunicarse, superar el desafío que se propone Musk supone entrar en un campo completamente nuevo.

Y es que si bien el pensar en el cerebro como un enorme ordenador humano, ha servido durante un tiempo, a medida que los problemas que hay que resolver se vuelven más complejos, los científicos se dan cuenta que esta metáfora ha perdido su validez por completo.

«Nos hemos acostumbrado a pensar en el cerebro como si fuera una estructura modular en la que hay una parte que procesa la información digital, otra que toma decisiones sobre los objetos, etc., en la que se ‘arman’ programas informáticos como los que usamos para desarrollar programas de inteligencia artificial» comenta Verstynen.

«Sin embargo cuanto más investigamos», añade, «más nos damos cuenta de que en realidad, es más bien un sistema de atracción caótica. Tiene propiedades muy poco lineales. Y siempre que intentamos utilizar metáforas computacionales para entender el cerebro, esas metáforas limitan la forma de entender el sistema».

Resulta por lo tanto bastante naif, aseguran otros investigadores, describir la memoria y los recuerdos que se almacenan en un cerebro, de forma similar a cómo la información se almacena en una unidad SSD y procesa en un chip. La carga y descarga de recuerdos que propone Elon Musk no es posible desde una aproximación informática que está limitada por una metáfora que está lejos de ser capaz de explicar cómo funciona el cerebro.

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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