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Ejecutivos de Silicon Valley dicen «no» a Donald Trump

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Donald Trump

Es cierto que todavía no ha alcanzado los 1.237 delegados que, matemáticamente, necesita para ser nominado como candidato del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de 2016 para el gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, con la retirada de Ted Cruz el pasado martes, Donald Trump ya es el virtual candidato del GOP e, incluso, ya se empieza a especular seriamente con quién será su compañero de campaña y candidato a la vicepresidencia. Lejos quedan ya los tiempos en los que el polémico multimillonario era tomado como un candidato anecdótico, y la gran mayoría pensaba que la cara del partido sería Jeb Bush o, más adelante, Ted Cruz. O, la que habría sido la elección ideal para el sector tecnológico, Carly Fiorina, ex directora ejecutiva de HP y que ya sonó en 2008 como candidata a la vicepresidencia en la campaña de John McCain, candidatura que al final terminó siendo para Sarah Palin. Una elección que, en opinión de muchos analistas, llevó a McCain a perder las elecciones frente a Barack Obama. Ahora ya todo el mundo da por seguro que Trump se enfrentará a Hillary Clinton (que tampoco tiene ya rivales en su partido). Y ya se empiezan a ver claros posicionamientos al respecto, como el realizado por un gran número de ejecutivos, inversores y profesores relacionados con Silicon Valley, y que afirman que consideran al candidato republicano como un desastre para la innovación.

En un escrito publicado en Medium por Katie Jacobs Stanton, miembro de la junta directiva de Vivendi y CMO de Color Genomics (start-up del campo de la salud), y que cuenta con la firma de 145 profesionales relacionados con el sector tecnológico y la innovación, creen que las políticas del candidato republicano a la presidencia pueden acabar con algunos de los aspectos que han servido para que, hoy en día, la innovación que se produce en Estados Unidos es observada con envidia por el resto del mundo. Su planteamiento no puede ser más claro y contundente: «We have listened to Donald Trump over the past year and we have concluded: Trump would be a disaster for innovation». La base de su planteamiento es que, durante la campaña, Trump se ha mostrado partidario de levantar muros (no solo de manera literal, como con México, sino también en la llegada de inmigrantes cualificados, colaboración internacional, etcétera) que, para los firmantes, van radicalmente en contra de todo lo que ha hecho que, a día de hoy, Silicon Valley siga siendo el epicentro global del sector tecnológico.

Una postura hostil a la inmigración, como la que ha mantenido Trump durante su campaña, no parece contemplar la gran importación de talento que se realiza desde Estados Unidos, y que da lugar a que, por ejemplo, el 40% de las empresas que forman parte de la prestigiosa lista Fortune 500 hayan sido fundadas por inmigrantes o hijos de inmigrantes. Mientras que la comunidad tecnológica solo piensa en disponer de los mejores profesionales, sean de donde sean, Donald Trump ha prometido en campaña un muro (entre Estados Unidos y México) y deportaciones en masa, algo antagónico a lo reclamado desde Silicon Valley, y en general por todo el sector tecnológico del país.

Si bien es cierto que los firmantes alegan serlo a título personal, y no estar hablando en nombre de las empresas e instituciones con las que están relacionados, el hecho de que hayan firmado ese escrito y hayan dado sus credenciales, sí que refleja una opinión que, aunque evidentemente no es la única en el sector (recordemos que, por ejemplo, el también polémico Peter Thiel ha apoyado a Trump en su campaña), sí que parece ser la más generalizada. Algunos de los nombres más destacados de la lista son Jimmy Wales (fundador de Wikipedia), Vinton Cerf («padre» de Internet), Steve Wozniak (cofundador de Apple), Pierre Omidyar (cofundador de Ebay y recientemente enfrentado a Thiel) y Paul Jacobs (presidente ejecutivo de Qualcomm), así como otros ejecutivos, fundadores e inversores de grandes empresas y de start-ups, así como investigadores y profesores vinculados a algunas de las más prestigiosas instituciones educativas de Estados Unidos.

Cabe esperar, claro, que en poco tiempo veamos alguna publicación similar pero en el sentido contrario, es decir, de apoyo a Donald Trump. Sin embargo, lo más probable es que la lista de firmantes no sea tan abultada y, por lo tanto, que no logre el eco mediático que sí que ha conseguido la publicación de Katie Jacobs y que, para muchos, se traduce en un oficioso apoyo del sector a Hillary Clinton, rival (salvo sorpresa de última hora) del candidato republicano en las presidenciales de noviembre.

 

Imagen: Gage Skidmore

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