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Alphabet, Apple, Dell, Tesla y Microsoft, acusados de permitir la explotación infantil

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El último mes del año amenaza en convertirse en el peor de todos para la reputación de algunas de las mayores empresas tecnológicas del mundo. El pasado domingo, la International Right Advocates (IRAdvocates), una conocida ONG que lucha en favor de la defensa de los derechos humanos, presentaba una demanda formal en un juzgado de Washington contra Alphabet, Apple, Dell, Tesla y Microsoft. En representación de 13 menores de edad, la ONG acusa a las tecnológicas de «beneficiarse a sabiendas del uso cruel y brutal de niños en la República Democrática del Congo (RDC) para extraer cobalto».

El cobalto, recuerda la demanda, es un componente clave en las baterías de ion-litio que se incluyen en la mayoría de los dispositivos tecnológicos y que las empresas compran a proveedores como Glencore, Umicore, o Huayou Cobalt.

En el documento se explica que «tanto los 13 niños demandantes (de los que no ha trascendido el nombre por temor a posibles represalias) como el resto de «niños mineros» que trabajan en la extracción de cobalto para las empresas demandadas habitualmente ganan menos de tres dólares diarios y realizan un trabajo agotador y peligroso que probablemente los matará o mutilará».

Como base para acusar a las compañías tecnológicas americanas y no únicamente a sus proveedores, IRAdvocates explica que estas multinacionales han violado la Ley de Protección a las Víctimas de de la Trata de Personas en Estados Unidos. Además estas compañías también podrían ser encontradas culpables de enriquecimiento injusto, supervisión negligente e imposición intencional de angustia emocional.

Terry Collingsworth, activista en defensa de los derechos humanos y que representará a los menores en el previsible juicio ha asegurado que «en mis 35 años como abogado en defensa de los derechos humanos,  nunca había visto un abuso tan extremo de niños a una escala tan grande».

Mirando hacia otro lado

Tomando como precedentes muchos casos que han sacudido los cimientos de la industria textil, la demanda que ahora se presenta en Washington acusa a las grandes tecnológicas de saber y no hacer, hacer la «vista gorda» o mirar hacia otro lado. ¿Pero esto es realmente así? ¿Cuál es la postura oficial de estas empresas ante un escenario de explotación laboral sistemática y en los términos en los que se denuncian en este caso?

Como también se indica en el escrito de la acusación, «en lugar de poner en marcha acciones significativas para evitar nuevas muertes y mutilaciones de niños en las minas de cobalto de la RDC, todo lo que ofrecen son ‘programas voluntarios’ en los que denunciar el uso de trabajo infantil forzado en sus cadenas de suministro».

¿Cómo son estos programas? Como explica Collingsworth, básicamente inaccesibles para las víctimas. «El programa se basa en conseguir que personas analfabetas, desesperadamente pobres y extremadamente vulnerables, descubran el programa de Apple (y otras) y denuncien las violaciones que se producen en la cadena de suministro, cuando no pueden permitirse ordenadores personales, teléfonos inteligentes o acceso a Internet para conectarse con el mundo exterior en un contexto de un régimen violento que no tolera la disidencia y de una industria no regulada que podría tomar represalias impunemente contra los denunciantes».

De momento y mientras el caso toma forma, las compañías denunciadas se han limitado a seguir el manual, asegurando que sus políticas internas prohíben el uso de niños en su cadena de suministro. En todo caso, únicamente Dell se ha salido ligeramente del patrón establecido, haciendo el siguiente comunicado público:

«Dell Technologies está comprometida con el suministro responsable de minerales, lo que incluye la defensa de los derechos humanos de los trabajadores en cualquier nivel de nuestra cadena de suministro y su tratamiento con dignidad y respeto. Nunca hemos buscado deliberadamente operaciones utilizando cualquier forma de trabajo involuntario, prácticas de reclutamiento fraudulentas o trabajo infantil. Trabajamos con los proveedores para gestionar sus programas de aprovisionamiento de forma responsable. Cualquier proveedor con reportes de mala conducta es investigado y, si la mala conducta es encontrada, es removido de nuestra cadena de suministro. Actualmente estamos investigando estas acusaciones y hemos informado a la Iniciativa de Minerales Responsables como parte de su mecanismo de reclamo».

Periodista tecnológico con más de una década de experiencia en el sector. Editor de MuyComputerPro y coordinador de MuySeguridad, la publicación de seguridad informática de referencia.

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