Huawei avanza en sus medidas contra los ataques y el veto de EEUU

Huawei empieza poco a poco a tomar medidas para responder a los ataques que está sufriendo por parte de la Administración Trump. Por un lado, quiere que Verizon le abone más de 1.000 millones de dólares por utilizar varios cientos de sus patentes. Por otro, está iniciando los trámites para registrar su sistema operativo para móviles en diversos países.

En efecto, Huawei alega que Verizon está utilizando alrededor de 230 de sus patentes relacionados con equipamiento de red, y quiere que le pague por ello. Verizon está utilizando equipamiento de otras compañías que emplean patentes de Huawei no sólo sobre redes, sino también sobre tecnología de Internet de las cosas e infraestructura de cableado.

Al parecer, representantes de ambas compañías se reunieron durante la semana pasada en Nueva York para ver hasta qué punto este equipamiento afectado infringía las patentes de la compañía china. Y según un portavoz de Verizon «el problema va más allá de Verizon. Dado el contexto geopolítico en su conjunto, cualquier tema que implique a Huawei tiene implicaciones para toda nuestra industria, y levanta preocupaciones nacionales e internacionales«.

Mientras tanto, Huawei ha confirmado que va a intentar oponerse al veto de Estados Unidos con la presentación de un memorándum «ex parte» ante la Comisión Federal de Comunicaciones. Y ha iniciado los pasos para registrar su sistema operativo para móviles, Hongmeng OS, en varios países del mundo. Entre ellos hay al menos nueve países europeos.

Además de en estos países, Huawei también ha hecho la solicitud de registro en Peru, presentando la documentación necesaria para ello el pasado 27 de mayo. Todavía no se conocen los detalles de este sistema operativo, que podría estar listo este mismo año. Pero de los datos de las solicitudes de registro que ha presentado hasta ahora se extrae que la compañía quiere utilizar Hongmeng OS en diversos dispositivos y no solo en smartphones. También pretende hacerlo en ordenadores portátiles, robots y televisores para automóviles, entre otros.

Huawei ya había solicitado el registro del sistema en China en agosto del año pasado, y recibió la autorización para hacerlo el mes pasado. Fuera de China, las primeras solicitudes de registro las presentó el 14 de mayo, en la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, y también en Corea del Sur.

Por otra parte, la agencia de rating Standard & Poor’s ha avisado, tal como recoge Zdnet, de que el veto de Estados Unidos tenga un impacto más notable en los proveedores estadounidenses de Huawei que en las operadoras, ya que tendrán que invertir más dinero a raíz del veto.

Según la agencia, el veto podría forzar a China a impulsar la inversión en tecnología nacional para reducir la dependencia de los proveedores extranjeros. Esto podría, a largo plazo, aumentar la competencia en el sector tecnológico y rebajar las previsiones de crecimiento de las tecnológicas estadounidenses.

Tal como recoge S&P, proveedores como Micron, Qorvo y Lumentum tienen cerca del 15% de sus ingresos expuestos a Huawei. Mientras, entre el 5% y el 10% de los de Qualcomm está expuesto a la compañía china.

De ejecutarse el veto, según la consultora, «en los próximos uno o dos años, creemos que las compañías de semiconductores de Estados Unidos serán las más afectadas, porque muchas de ellas tienen a Huawei como cliente clave. El veto añade viento de cara a una industria que está en medio de una corrección por la debilidad de la demanda después de un fuerte 2018, por inventarios por encima de la media en fabricantes y en la cadena de suministro y por los elevados aranceles de las importaciones chinas por la guerra comercial entre China y Estados Unidos«.

Por tanto, el veto a Huawei, que en la actualidad se beneficia de un aplazamiento de tres meses mientras que varias voces han solicitado otros dos años hasta que entre en vigor, lejos de beneficiar a las tecnológicas estadounidenses, parece que va a perjudicar a los resultados y las ventas de muchas de ellas. Habrá que ver qué sucede finalmente con las operadoras, en las que no está todavía claro el impacto definitivo que podría tener el veto.