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Opinión

La guerra del Cloud Computing: 3 jugadores principales y 1 billón de dólares en juego

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La seguridad en la nube pública: una de las principales preocupaciones para la mayoría de empresas

La categoría de Cloud Computing en 2020 generará 266.000 millones de dólares para los proveedores de Infraestructura en la nube. Son estimaciones de la consultora Gartner, en buena parte contrastadas con las previsiones de Forrester, IDC y Advice Strategic Consultants. Todo el negocio de Cloud en 2020 generará ingresos de más de un billón de dólares.

La Infraestructura en la nube es un buen punto de partida para comentar la “Guerra del Cloud”. No es exagerado decir que, en 2020, las tecnologías de la información han de estar en el cloud (pública, híbrida, multicloud o lo que sea). Tanto lo que consideramos Back-End (soporte del negocio, propio de los departamentos de TI) y High-End (relacionados con el negocio y el servicio al cliente). La Infraestructura en la nube sería la primera capa sobre la que construir, la primera en ser creada en el cloud y sobre la que se construyen otras capas tecnológicas, también en el cloud y que generan ingresos.

Los 266.000 millones de dólares antes mencionados hacen referencia a la Infraestructura en la nube. Y, puesto que, desde 2006, empezó a ofrecerse “todo -en cloud- en tecnologías de la información”, como un servicio para abaratar costes cara al cliente final al pagar por consumo, se acuño la expresión “as a service” o “como servicio”. De tal manera que a, “Infraestructure as a Service”, habríamos de sumar “Software as a Service”, “Platform as a Service”, “Services as a Service”, “Aplicaciones o API as a Service” y tecnologías/servicios/negocios tan lucrativos, también «as a Service», como la computación -tradicional y la cuántica- el almacenamiento, el software de gestión empresarial (los famosos ERP de toda la vida), la Inteligencia de Negocio (BI) y las bases de datos.

Nada de esto es nuevo. Doy gracias a Dios por haber empezado a trabajar relativamente muy joven y haber vivido en primera persona la Tercera Revolución Industrial con el auge de la Computación -cuando ya existían todas estas tecnologías, aunque rara vez en la nube. Y la transición, tras las fallidas “punto.com” del 2000, que prometían tecnologías, servicios y negocios que, entonces, no se podían sino incoar y, hoy, son la clave de la Information Technology.

La Cuarta Revolución Industrial o Digitalización o Transformación Digital no es sino “el deployment of the Information Technology”. Pero en el cloud. Los jugadores son los mismos de siempre, con algunas novedosas excepciones y hay quien consigue resultados y quien es un mero “motor-bike-seller”. Dejemos de lado la Inteligencia Artificial, el Big Data, el Internet de las Cosas, la Ciberseguridad y otros servicios o tecnologías de la Digitalización. Dejarlos de lado, a efectos de poner foco en Cloud Computing no es ignorarlos, porque estas tecnologías, como todo en la economía, la empresa y las tecnologías de la información, forman un sistema de vasos comunicantes en el que la red, la conectividad e Internet hacen posible todo lo demás. De hecho, es inconcebible hablar de Cloud y no tener en cuenta la Computación, el Almacenamiento, las Aplicaciones, etc.

En 1994 Amazon empezó a vender libros por catálogo. Tardó años en convertirse en el líder del comercio electrónico. En 2006 lanzó AWS (Amazon Web Services) que sería IaaS, Infraestructura as a Service, primero y, todavía hoy, la más importante por tener la cuota de mercado más grande (40%). En febrero de 2010, Microsoft lanzó su propia IaaS, llamada Azure, que ha crecido mucho en estos años, hasta llegar a tener el 30% del mercado. Y, en 2011, Alphabet-Google lanzó Google Cloud Platform, con 20% de market share. Sobre la Infraestructura en el cloud, cada una de estas empresas ha ido poniendo capas de:

  1. Computación
  2. Storage/Almacenamiento
  3. Seguridad

Con lo que, los casi 300.000 millones de dólares inicialmente citados, se multiplican por tres o por cuatro. Gracias a estos tres proveedores, “funcionan” Netflix, HSBC, HP, JPMorganChase o 20th Century Fox y The Walt Disney Company, por citar empresas grandes y conocidas de otros sectores de actividad con grandes facturaciones. Son empresas clientes de AWS, Microsoft Azure y Google Cloud.

La computación, siempre ha estado en el centro y, seguramente, ahí seguirá durante unas cuantas décadas, por lo que los jugadores de los diversos segmentos del mercado se han sumado a la fiebre del oro-cloud. Lo hizo IBM cuando compró Red Hat, por ejemplo, como forma de acelerar exponencialmente su crecimiento en cloud, vía una adquisición, en vez de optar por el crecimiento orgánico, que le hubiera costado muchos años desarrollar.

En el ámbito del Software, IBM, SAP-HANA, Oracle Cloud, SAS, Salesforce.com también trabajan en cloud. Su propia infraestructura está en cloud. Y la plataforma sobre la que ofrecen servicios a los clientes, también. Sirvan de ejemplos, porque la suite de oferta de servicios de estas empresas es inconmensurable: IBM Cloud, SAS con su CRM y BI; SAP con su ERP, Supply Chain Management (SCM) y CRM; Oracle con las bases de datos, el datawarehouse, el data mining y el Business Intelligence, este último, fruto de la adquisición de Hyperion, al igual que otras compras realizadas por Larry Ellison que han hecho grande -en sentido amplio- a su empresa: Sun (hardware, servidores y sistema operativo Solaris), Peoplesoft / JD Edwards, Hyperion, Siebel, etc.

Un apunte o alto en el camino aquí. Vista la exitosa OPV, salida a bolsa de Snowflake (y de una veintena de start-ups de software en menos de dos semanas), empresa de datawarehouse en la nube, es menester recordar que, “casi-casi”, las bases de datos las inventó Oracle y que Siebel, comprada por Oracle hace muchos años, ya era nativa en cloud en el año 2000, siendo, por tanto, dudosamente cierta la afirmación del CEO de Snowflake respecto a que son la primera empresa de análisis de bases de datos en la nube, porque antes que ellos ya estaban Siebel, Software AG e Informix, por un lado y entre otras muchas empresas. Y, por otro, quien hoy es uno de sus accionistas importantes, Salesforce, también es nativa en la nube desde 2000, con la única diferencia de que, quizá, a medio plazo- Marc Benioff, inversor en Snowflake, pudiera pasar a ser dueño porque, comprando Snowflake esté complementando su suite de servicios en el cloud, donde lo que único que le falta es, precisamente, las bases de datos en cloud. Cierro el apunte porque da mucho de sí. Especialmente en lo que a operación especulativa se refiere y quienes se han hecho aún más billonarios de lo que eran con esta salida a bolsa.

Por último, están aquellos que prestan servicios finales, como las operadoras de telecomunicaciones, que hoy ofrecen Cloud, como antes ofrecían telefonía fija. Es el caso, en España de Telefónica Tech, Vodafone y Orange, por ejemplo. De las compañías de storage/almacenamiento como (Dell)-VMWare y NetAppliance; en hardware, todas las grandes, desde Apple a HP; en networking, Cisco y Avaya…; las compañías de televisión en streaming como Netflix, la propia Amazon Prime Video, HBO/HBOMax, Peacock, Apple+ MovistarPlus (Movistar+) de Telefónica, Disney+, etc…; el listado de segmentos del sector TI-Digital y Comunicaciones es inabarcable.

Baste decir, por ahora y en aras de la brevedad, que todas las empresas que ofrecen cloud y no son AWS (Amazon), Azure (Microsoft) y Google Cloud tienen una cuota de mercado entre todas, del 20%. Insisto, entre otras. Hasta llegar al 40% de AWS y el 30% de Azure, mucho camino les queda por recorrer… La carrera por el cloud acaba de empezar.

jorge diaz cardiel

 

 

Jorge Díaz-Cardiel. Socio director general de Advice Strategic Consultants. Economista, Sociólogo, Abogado, Historiador, Filósofo y Periodista. Autor de más de mil artículos de economía y relaciones internacionales, ha publicado una veintena de libros.

Socio director general de Advice Strategic Consultants. Economista, Sociólogo, Abogado, Historiador, Filósofo y Periodista. Ha ocupado cargos de responsabilidad en empresas de comunicación, relaciones públicas y tecnología. Ha escrito más de mil de artículos de economía y relaciones internacionales y una veintena de libros.

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