A Fondo
Red Hat celebra el aniversario de «Kubernetes, el nuevo Linux de la nube»
En los últimos años han cambiado muchas cosas en el ámbito tecnológico. El fenómeno de la computación en la nube, entendido como la implementación y despliegue de infraestructuras y servicios, se ha asentado, trayendo consigo beneficios y nuevos retos para los cuales ha sido necesaria la introducción de nuevas soluciones. Así, la potencia y versatilidad de la nube propició la tecnología de contenedores, y el rápido aumento de esta hizo lo propio con lo que conocemos como sistemas de orquestación. Es decir, Kubernetes, porque si bien hay otros, el proyecto de código abierto ha logrado posicionarse en muy poco tiempo como el referente absoluto de su categoría.
De hecho, son nombres como Docker o Kubernetes los que han abierto un mercado que apenas existía unos años atrás, convirtiéndose prácticamente en sinónimos de los términos que representan, léase contenedores u orquestación de contenedores. No es de extrañar, pues, la importancia que ha adquirido Kubernetes, o que Red Hat lo haya bautizado como «el nuevo Linux de la nube». Nacido originalmente en el seno de Google, el gigante de Internet contó pronto con la colaboración de otras partes, entre las que se contaba la vendedora líder del Linux corporativo que ahora le rinde homenaje.
Aunque fue en junio de 2014 cuando se lanzó la primera versión alfa de Kubernetes, Red Hat celebra el tercer aniversario del proyecto, que un año más tarde lanzaría su versión 1.0. Sea como fuere, con el lanzamiento de su primera versión estable Kubernetes pasó a ser gestionado por la Cloud Native Computing Foundation (CNCF), uno de los proyectos de The Linux Foundation apoyado por las grandes empresas del sector, incluyendo a Google, Amazon, Cisco, Microsoft, Intel y otras tantas, que a la postre han sido las que han aupado y hecho crecer la tecnología al nivel que ostenta actualmente.
También Red Hat estuvo desde el principio. «El interés de la industria comenzó a consolidarse en torno a Kubernetes gracias a su capacidad para soportar un desarrollo de software rápido e iterativo y el desarrollo de aplicaciones que podrían permitir el cambio en todos los entornos, desde local hasta la nube pública», recuerdan desde la compañía. «Antes de Kubernetes, el mundo de TI intentó abordar estas necesidades empresariales con las ofertas tradicionales de la Plataforma como Servicio (PaaS), pero con frecuencia estas soluciones eran demasiado dogmáticas en cuanto a los tipos de aplicaciones que se podían ejecutar sobre ellas y cómo esas aplicaciones eran diseñadas y desplegadas».
El objetivo fue siempre el mismo: simplificar la orquestación y gestión de sistemas mediante una plataforma abierta que permitiese al cliente implementar una gama más amplia de aplicaciones con mayor flexibilidad. Y desde su primera versión Kubernetes se ha utilizado como un elemento básico tanto para los Contenedores como servicio (CaaS) como para las plataformas basadas en PaaS.
Kubernetes como el nuevo Linux de la nube
La demanda de las empresas para pasar a la nube híbrida y la infraestructura multicloud, la demanda de aplicaciones combinadas con la necesidad de admitir aplicaciones tradicionales y nativas de la nube en la misma plataforma; el deseo de administrar sistemas distribuidos con software contenedorizado y una infraestructura de microservicios; la necesidad de que los desarrolladores y administradores se centren en la innovación en lugar de en la gestión… Kubernetes nació para dar respuestas a todas estas cuestiones. Es por ello que lo habitual actualmente es ofrecer soluciones que integren Kubernetes como piedra angular, tal y como hace Red Hat con OpenShift.
«Y, todo es código abierto, lo que lo pone a disposición de todos y permite a los contribuyentes de todo el mundo resolver mejor esta nueva era de desafíos informáticos de forma conjunta, en entornos abiertos, no protegidos por entornos en silos o plataformas propietarias», explican desde Red Hat. «En más de 25 años contribuyendo con proyectos de código abierto, que van desde el kernel de Linux hasta OpenStack, hemos visto pocos proyectos que puedan reclamar la velocidad de Kubernetes. Es un testimonio de la capacidad de los contribuyentes del proyecto para trabajar en colaboración para resolver una gran necesidad empresarial que Kubernetes ha movido tan rápidamente desde la versión 1.0 a un amplio apoyo del sector en tres años», añaden.
«Tras tres años, Kubernetes se muestra como uno de los esfuerzos de colaboración de código abierto más exitosos desde Linux. Habiendo aprendido las lecciones de anteriores iniciativas de colaboración a gran escala e intercomunitarias como OpenStack, la comunidad de Kubernetes ha logrado avanzar hacia un nuevo nivel de gestión efectiva que abarca diversidad y un espíritu de apertura, todo lo cual ha impulsado cantidades increíbles de innovación en todos los aspectos del proyecto«, sostiene Diane Mueller, responsable de Red Hat Cloud Platform.
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