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Unity pone a los desarrolladores de videojuegos en su contra con su nueva política de precios

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Unity enfurece a los desarrolladores de videojuegos con su nueva política de precios

Unity, uno de los motores de videojuegos más populares de la actualidad, ha causado un enorme enfado esta semana entre la comunidad de desarrollo de videojuegos debido a un cambio bastante radical, y unilateral, en su política y estructura de precios. Los desarrolladores, en general, han montado en cólera, porque consideran que les perjudica de manera más que notable.

Según la compañía a partir del próximo 1 de enero de 2024 van a introducir una cuota que hará que cada vez que un usuario final descargue e instale un juego desarrollado con su motor y que cumpla una serie de requisitos la compañía que lo ha desarrollado tenga que pagar una cantidad. Por tanto, Unity pasará a contar con un modelo de pago por descarga.

Los motivos que han dado desde Unity para elegir este sistema es que «cada vez que se descarga un juego, el motor de ejecución de Unity se instala también«. También lo hacen porque señalan que una cuota base centrada en l,a instalación «permite a los creadores seguir obteniendo ganancias de la interacción de los jugadores, lo que no sucede compartiendo ingresos«.

Unity ha explicado además con bastante detalle cómo funcionará el programa, y señalado que antes de que se empiece a cobrar a un juego estas nuevas cuotas, tiene que conseguir un nivel determinado de ingresos, y una cuota de descargas concreta. Esta cuota es variable en función del plan de suscripción que tenga contratado, y pague, cada desarrollador.

Estas cuotas dependerán también de dónde se compra un juego, lo que quiere decir que si se compra en mercados como Estados Unidos, Reino Unido o la UE, entre otros, la cuota que tendrá que pagar el desarrollador del juego será más elevada que si la descarga se produce en mercados emergentes, como India. Por otro lado, Unity ha clarificado que solo cobrará a los desarrolladores con base a la actividad de descarga e instalación de cada título a partir del 1 de enero de 2024.

Los desarrolladores no están nada conformes con este cambio, y señalan que sobre todo dañará a desarrolladores independientes, a los que trabajan en solitario, a los que forman partes de comunidades marginales y a los que desarrollan para móviles. Además, alegan que no tendrán en cuenta si un juego es pirata o no. Bastará con que se instale para que tengan que pagar una cuota por ello. Tampoco se tiene en cuenta si una descarga puede llevar a instalaciones múltiples. Cada una de ellas tendrá su cuota particular, aunque solo se descargue una vez.

Tampoco estaba claro si los juegos ofrecidos a servicios de suscripción como Game Pass estaban afectados por esta nueva política de precios. Además, los desarrolladores alegaban que las descargas e instalaciones podían estar sujetas a las actuaciones de activos maliciosos que instalasen el juego una y otra vez y generase múltiples cargos al desarrollador.

Durante las primeras horas la confusión entre la comunidad de desarrolladores de videojuegos fue en aumento, aunque algunas dudas no tardaron en aclararse. Según Marc Whitten, un directivo de la empresa, Unity va a cobrar solo por la instalación inicial de un juego, aunque se cobrará una cantidad adicional si se instala en un segundo dispositivo. También aseguró que las demos de juegos no contarán como instalación del mismo y no generarán cuotas, y que no se cobrará por los títulos utilizados a través de Game Pass, dado que en este caso las cuotas se cobran a los distribuidores, como Microsoft.

Más enfado y desaparición de planes más económicos

A pesar de las aclaraciones, el enfado de los desarrolladores iba en aumento. No solo porque no se había contado con ellos, sino también por un cambio a un sistema que no eligieron cuando empezaron a desarrollar los títulos en los que están trabajando actualmente. No han tenido opción a negarse a ello, y muchos tienen ya sus juegos a semanas o pocos meses de salir al mercado, por los que tendrán que pagar unas cuotas con las que no contaban cuando empezaron a trabajar.

También se sienten atrapados, porque no es nada sencillo rehacer un juego entero, o con un nivel avanzado de desarrollo, en otro motor distinto. Algunos llevan años desarrollando, y no podrían hacer el cambio en un periodo corto, lo que llevaría a retrasos notables en su fecha de lanzamiento si deciden dejar de utilizar Unity como motor y emplean otro.

Otro de los cambios que ha generado más quejas es una nueva estructura de cuotas que, además de cobrar por cada instalación de un juego, elimina los planes más económicos y obliga a los desarrolladores a contratar otros planes más caros. Así, Unity no ofrecerá más su plan de suscripción Unity Plus, un cambio efectivo de inmediato.

Los que lo tenían contratado recibirán un mensaje a mediados del mes que viene para suscribirse por un año a Unity Pro al precio que tenía su plan Unity Plus. Pasado ese año, es prácticamente seguro que tendrán que pagar la cuota completa de Unity Pro. Por tanto, pasarán de pagar unos 400 dólares por año a más de 2.000 anuales.

Además, los desarrolladores también temen que este nuevo plan de cuotas tendrá mucho impacto en los esfuerzos que los desarrolladores hacen para seguir manteniendo juegos más antiguos. Puede que ahora dejen de hacerlos, porque les cobrarán por cada instalación que tengan desde principios de 2024. También plantea dudas el sistema que Unity pondrá en marcha para rastrear las instalaciones y las descargas, puesto que no están muy seguros de si cumplen determinadas leyes de privacidad.

Amenazas y cierre temporal de oficinas

Lejos de calmarse, a medida que pasaban las horas, los ánimos se caldearon todavía más, hasta el punto de empezar a registrarse amenazas. Según Bloomberg, ayer jueves la compañía canceló un encuentro de la dirección con los empleados de la empresa debido a que habían recibido amenazas que podían considerar creíbles.

El CEO de Unity, John Riccitiello, decidió además cerrar dos de las dos oficinas de la compañía de manera temporal. Por ahora se desconoce la fuente de las amenazas, mientras los desarrolladores independientes protestan en redes y en todos los espacios que pueden, ya que señalan que los cambios perjudican sus escasos márgenes de beneficio, además de dañar la confianza que tienen en el motor. Muchos han amenazado con no volver a utilizar Unity nunca más, y están animando a los jugadores a pagar pero a no instalar sus juegos para evitar tener que pagar las nuevas cuotas.

Riccitiello es una de las principales figuras de la polémica, ya que muchos le ven como el causante de la adopción de este nuevo modelo. Era el CEO de Electronic Arts cuando se añadió el polémico sistema de monetización mediante loot boxes al FIFA 09, y copó bastantes titulares por llamar «malditos idiotas» a los desarrolladores por su reticencia a adoptar esquemas de monetización en un nivel de desarrollo más temprano. Por no hablar de que pretendía cobrar a los jugadores de Battlefield un dólar por recargar sus armas.

Además, antes de anunciar el cambio de esquema de monetización, Riticciello vendió 2.000 acciones de Unity, probablemente sabiendo que tras el anuncio las acciones de su compañía bajarían. de manera notable, como así ha sucedido.

Mientras tanto, en Unity se suceden los mensajes que intentan aclarar los nuevos planes de monetización, señalando que los juegos que se incluyan en paquetes benéficos no estarán incluidos, y que habrá programas para proteger del fraude o de actividades maliciosas. Creen que sus nuevos planes solo afectarán al 10% de sus usuarios, pero los desarrolladores parece que opinan de manera muy distinta.

La polémica no para de crecer, y personalidades relacionadas indirectamente con el sector, medios especializados e incluso motores rivales a Unity han criticado sus cambios. Por ahora se desconoce si la compañía dará marcha atrás en los cambios que ha anunciado, pero aunque lo haga, sin duda el daño que ha recibido su imagen está hecho, y la pérdida de confianza de los desarrolladores es total.

Redactora de tecnología con más de 15 años de experiencia, salté del papel a la Red y ya no me muevo de ella. Inquieta y curiosa por naturaleza, siempre estoy al día de lo que pasa en el sector.

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