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Trabajadores presionan a Google para detener Project Dragonfly
Project Dragonfly es el nombre con el que se conoce a un proyecto que Google lleva un tiempo desarrollando para poder volver con su conocido buscador al mercado chino, un movimiento que no ha gustado nada una parte de los trabajadores del gigante de Mountain View, y tampoco a la administración Trump.
En este artículo ya os contamos que Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, había criticado abiertamente Project Dragonfly y había pedido a Google que detenga su regreso a China. Tanto Pence como los trabajadores de Google que son contrarios a ese proyecto tienen un punto de encuentro en común, y es que creen que hará a la empresa cómplice de una violación de derechos humanos básicos.
El motivo es muy sencillo. China se encuentra bajo el yugo de una dictadura comunista que ha hecho de la censura una herramienta básica en su día a día, lo que significa que las empresas que quieran operar en su territorio deben estar dispuestas a aceptar esa censura y a cumplir, además, con las exigencias del gobierno chino, y no de forma ocasional, sino en todo momento.
Fue precisamente esa realidad la que acabó desencadenando la salida de Google del mercado chino hace unos años, y obvia decir que su vuelta a dicho mercado supone que la compañía debe estar dispuesta a abandonar sus valores más básicos, y a ceder ante las pretensiones y la censura que imponga el gobierno chino. No hay medias tintas, por mucho que los ejecutivos de primer nivel se empeñen en decir que están estudiando la mejor aproximación posible.
El caso es que los empleados de Google siguen mostrando abiertamente su rechazo a Project Dragonfly. Once trabajadores de Alphabet Inc., matriz de Google, han firmado una carta abierta que suscribe una petición clara y simple: el abandono de dicho proyecto. No están solos, el pasado mes de agosto más de 1.400 trabajadores expusieron su disconformidad con la vuelta del buscador a China, así que la firma de Mountain View no puede hacer caso omiso al «ruido» que hacen sus trabajadores.
Google no ha hecho comentarios de momento, pero está claro que tiene un problema. China es uno de los mercados más importantes del mundo para las grandes tecnológicas, pero también comete violaciones de derechos humanos de forma reiterada. Para Alphabet Inc. volver a ese mercado es necesario para seguir creciendo y mejorar sus ingresos, pero podría acabar afectando seriamente a su imagen pública, ya que como dijimos no tendría margen de negociación: debería aceptar las directrices de la dictadura comunista que gobierna en China, y eso incluye la persecución de ciudadanos por algo tan simple como pensar de forma contraría al régimen.
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